Si notaste que ya se desgastó la perilla, se trabó o de plano se rompió, es momento de conseguir una nueva. Eso sí, primero habrá que retirar la anterior, así que aquí descubre una pequeña guía para quitar una chapa de puerta.
Asegúrate de contar con las herramientas y materiales necesarios:
Antes de sacar el destornillador, debes saber qué tipo de pomo se requiere cambiar, en cuanto al mecanismo que posee. Define si es uno de los siguientes:
Inspecciona la parte de arriba del pomo, su base y también sus zonas laterales, pues la mayoría de las perillas apuestan por ocultar los tornillos de montaje, buscando una apariencia más discreta. Cuenta los tornillos y, posteriormente, busca algún recipiente o bolsa en donde colocarlos para que no salgan rodando debajo de algún mueble o se pierdan.
Si no distingues los tornillos después de mucho buscar, eso significa que tu cerradura posee una palanca oculta o palanca de tope. Entonces te corresponde buscar un pequeño agujero del tamaño de un alfiler o una rendija, la cual tendrás que empujar hacia adentro utilizando un destornillador de punta plana. Si la cabeza de este es demasiado amplia, utiliza un clip de papel o una aguja.
Este paso es clave al hablar de cómo quitar una chapa. Recuerda que, antes de girar un destornillador con cabeza de cruz en el sentido contrario a las agujas del reloj y sacar los tornillos, debes sujetar firmemente el pomo con tu mano para que vaya a caerse encima de ti o rodar y dañar el suelo. Eso sí, detente hasta que percibas que la manija/pomo haya quedado flojo. Después, ve colocando los tornillos en el recipiente que ya habías sacado, y limpia los posibles residuos que se hayan desprendido en el proceso. Si quieres hacerlo de manera más profesional, podrías irlos colocando en un imán anudado a tu muñeca, utilizando una cinta de velcro o algo similar.
Con la puerta entreabierta, sujeta ambos pomos y luego, jálalos en la dirección correspondiente, hasta liberarlos del agujero donde estaban sujetos. Buscando que no se te resbalen, procura limpiarlos con un trapo seco y retirar cualquier rastro de grasa previamente.
Si la roseta no se desprende junto con el pomo (la base redonda sobre la que se coloca este), coloca un destornillador de cabeza plana u otro objeto de superficie delgada hasta que se desprenden las rosetas. Eso sí, hazlo con delicadeza, pues no quieres rayar la superficie de la puerta con la punta del destornillador.
Ahora bien, ¿cómo quitar una perilla que no tiene pestillo o tornillos? Solo ubica el pequeño agujero o rendija (como la que se mencionó antes), empuja la punta de un destornillador de cabeza plana y angosta hacia el interior del mecanismo, y luego remueve el pomo con determinación. Verás cómo se desprende.
¡Listo! De esta forma será posible cambiar una chapa en muy poco tiempo. Se debe tener presente que la primera vez que se haga, será de gran importancia realizar la labor de forma concienzuda y vigilando cada detalle, para que cuando se haga una renovación más grande de tu casa -y se cambien las cerraduras o las puertas por completo-, lo hagas con más confianza.